Cuando nos encontramos en una situación en la que "mi banco ha vendido mi deuda", pueden surgir diversas inquietudes, estrés y preguntas sobre cómo esto afecta nuestra situación financiera y qué acciones podemos tomar al respecto. En este artículo, exploraremos qué sucede cuando un banco vende nuestra deuda, cómo podemos asegurarnos de la legitimidad del nuevo acreedor, y las posibilidades legales y de negociación que se presentan para el deudor.
La primera preocupación que surge cuando "mi banco ha vendido mi deuda" es determinar la autenticidad del nuevo acreedor. Es esencial verificar la validez y legitimidad de la transacción. Para ello, es crucial obtener la documentación adecuada que certifique la transferencia de la deuda y la identidad del nuevo titular. Además, es recomendable comunicarse directamente con el banco original para confirmar la venta y obtener información sobre el nuevo acreedor.
La legitimidad de esa reclamación, tiene un carácter técnico que requiere ser verificada por un abogado experto en deudas. De lo contrario, nos podemos encontrar en una situación fraudulenta, donde el supuesto comprador de nuestra deuda, no tiene derecho a reclamarla.
Una de las opciones disponibles para el deudor cuando "mi banco ha vendido mi deuda" es ejercer el derecho de retracto. Este derecho permite al deudor recomprar la deuda por el mismo precio por el que fue vendida. Es importante destacar que esta opción está sujeta a regulaciones específicas según la jurisdicción y puede tener plazos limitados para su ejercicio. Sin embargo, ejercer el derecho de retracto puede proporcionar al deudor una oportunidad para recuperar el control sobre su deuda y negociar nuevas condiciones.
La ventaja del ejercicio del derecho de retracto, es que se va a hacer sobre el mismo precio que el comprador de la deuda pagó a nuestro acreedor. Normalmente, los llamados "fondos buitre", compran estas deudas por un importe muy inferior a su nominal para hacer negocio con el recobro de la deuda.
Una vez que la deuda ha sido vendida, el deudor se encuentra en una posición donde puede explorar nuevas oportunidades de negociación con el nuevo acreedor.
Sin perjuicio de lo comentado en el punto anterior, como es probable que el comprador de la deuda la haya adquirido a un precio considerablemente más bajo que su valor nominal, ello le otorga un mayor margen de beneficio. Como resultado, el nuevo acreedor puede estar más dispuesto a negociar condiciones favorables para el deudor, como reducciones en el importe total adeudado, tasas de interés más bajas o planes de pago más flexibles.
Incluso, si las opciones de cobro no son viables porque el deudor es insolvente, cabría la opción de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad para obtener el perdón integral de la deuda. De esta forma, el nuevo acreedor, habrá comprado una deuda que no va a poder cobrar y perderá el dinero invertido. A veces se gana y a veces se pierde.
Cuando nos enfrentamos a la situación de que "mi banco ha vendido mi deuda", es fundamental comprender nuestras opciones y derechos como deudores. Verificar la autenticidad del nuevo acreedor, evaluar la posibilidad de ejercer el derecho de retracto y explorar las oportunidades de negociación son pasos importantes para gestionar eficazmente la situación financiera. Mantenerse informado y buscar asesoramiento legal cuando sea necesario puede ayudar a garantizar que se tomen las decisiones más adecuadas para nuestra situación individual. En última instancia, aunque la venta de la deuda puede plantear desafíos, también puede abrir nuevas posibilidades para resolverla de manera favorable. Podemos conseguir desde una gran rebaja, al perdón total de la misma.