Ser avalista es una responsabilidad financiera significativa que puede tener implicaciones importantes en la vida de una persona. Cuando alguien decide actuar como avalista para respaldar a un deudor principal, asume el compromiso de garantizar el cumplimiento de la obligación financiera en caso de que el deudor no pueda cumplir con sus pagos. En este artículo, exploraremos en detalle la responsabilidad del avalista, así como las opciones disponibles para dejar de ser avalista y las implicaciones legales de esta decisión.
Las responsabilidades del avalista son claras y definidas: en caso de que el deudor principal no cumpla con sus obligaciones financieras, el avalista está obligado a asumir el pago de la deuda. Esta responsabilidad puede extenderse al pago del capital, los intereses y cualquier otro gasto asociado con la deuda avalada. Es importante que el avalista esté plenamente consciente de estas obligaciones antes de comprometerse a generar responsabilidad del avalista en su persona.
En muchos casos, si el avalista paga la deuda en nombre del deudor principal, puede tener derecho a reclamar el importe pagado al deudor principal. Este derecho se conoce como "repetición del avalista" y está respaldado por la ley. Sin embargo, es importante tener en cuenta que este proceso puede ser complicado y que el avalista debe seguir los procedimientos legales adecuados para reclamar este reembolso. Es recomendable estar asistido de un buen abogado especialista en deudas para ejercer el derecho de repetición con garantías. De esta forma compensamos la responsabilidad del avalista al poderla compensar recuperando lo pagado por cuenta del deudor principal.
La Ley de la Segunda Oportunidad es una legislación que permite a los deudores obtener el perdón de ciertas deudas en casos de insolvencia. Si el deudor principal obtiene el perdón de la deuda avalada a través de esta ley, esto puede tener implicaciones significativas para el avalista. En algunos casos, el avalista podría quedar exento de su responsabilidad si el deudor principal es perdonado de la deuda. Sin embargo, según las circunstancias del avalista, también podría verse exonerado de la responsabilidad por el pago de la deuda.
También genera controversia la posibilidad de que el avalista vea mermado su derecho de repetición o no en función de si el deudor ha conseguido el perdón de sus deudas. En este caso, los criterios pueden variar dependiendo de las circunstancias específicas del aval y en momento en el que se haya ejecutado por el acreedor.
Dejar de ser avalista no es una tarea sencilla, pero existen algunas opciones que el avalista puede considerar. Una posibilidad es negociar con el acreedor para ser liberado de la obligación de aval. Sin embargo, esto puede ser difícil de lograr y generalmente requiere la aprobación del deudor principal. Otra opción es buscar asesoramiento legal para explorar otras vías legales para dejar de ser avalista, como la revocación del aval en ciertas circunstancias específicas. De esta forma, la responsabilidad del avalista se extinguirá.
En conclusión, ser avalista conlleva importantes responsabilidades financieras que deben ser comprendidas plenamente por aquellos que asumen esta posición. Es fundamental estar al tanto de las implicaciones legales y financieras de ser avalista, así como de las opciones disponibles en caso de que surjan dificultades. Siempre es recomendable buscar asesoramiento legal y financiero antes de tomar decisiones importantes relacionadas con el aval. Limitar o hacer desaparecer la responsabilidad del avalista, es también posible.