Una mala experiencia personal ya pasada, un proyecto que no ha funcionado o incluso una mala racha anterior, no pueden suponer un obstáculo para volver a intentar a emprender un nuevo proyecto. Sin embargo, hay que tener en cuenta una serie de aspectos esenciales para que la ilusión de crear una empresa si tienes deudas, no se vuelva en un nuevo fracaso.
Para crear una nueva empresa con un pasado deudor, no es necesario pagar las deudas anteriores, pero sí haber cerrado correctamente esa etapa. Básicamente tenemos que haber resuelto legalmente la situación de insolvencia que nos ha acompañado durante una etapa de nuestra vida.
Para ello, hay que distinguir si las deudas que se originaron son de origen empresarial o personal.
En el primero de los casos, si las deudas que tenemos son de una antigua empresa, habrá que cerrarla a través de un procedimiento concursal. Como administradores de la sociedad, tenemos la obligación de cerrar las empresas que se han endeudado presentando un procedimiento de concurso voluntario.
Las consecuencias de no hacerlo, suponen la posibilidad de sufrir la inhabilitación para poder ostentar cargos de representación de nuevas empresas. Además, nos pueden derivar las deudas de la sociedad para tener que responder personalmente por ellas. Por ello es tan importante realizar la disolución o la liquidación de la sociedad. De lo contrario pondremos en riesgo tanto nuestro patrimonio personal como la posibilidad de crear una empresa por tener deudas mal cerradas.
El procedimiento para poder cerrar bien la empresa será el Concurso de acreedores o la Ley de la Segunda Oportunidad en función de la dimensión de la sociedad.
Antes de crear una empresa con deudas, también debemos resolver los problemas financieros de carácter personal. Si tenemos deudas personales y luego creamos una empresa de la que seremos propietarios, nos la pueden embargar dependiendo del valor que pueda tener.
Por otro lado, si en el futuro tenemos éxito con la nueva empresa, el hecho de tener deudas anteriores, puede suponer el embargo de futuros bienes que pueda adquirir con la nueva situación de solvencia económica. Por eso es mejor no crear una nueva empresa si tengo deudas. Eso nos permitirá protegerla, al igual que el resto de bienes, si el nuevo proyecto tiene éxito.
Lo mejor para protegerme como futuro administrador de la empresa, es evitar crear una empresa si tengo deudas. Eso va a ofrecer la mayor protección personal y patrimonial. Construir un nuevo proyecto sobre un pasado de deudas, puede provocar que se derrumbe como un castillo de naipes.