La Ley de la Segunda Oportunidad es una legislación que brinda a las personas sobreendeudadas la posibilidad de liberarse de sus deudas y comenzar de nuevo financieramente. Aunque esta ley ofrece beneficios significativos, también tiene sus desventajas y consideraciones importantes que deben tenerse en cuenta antes de acogerse a ella. En este artículo, exploraremos las desventajas y contras de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad.
1. Impacto en el Historial de Crédito:
Una de las principales desventajas de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad es su impacto en el historial de crédito. Cuando una persona solicita la liberación de sus deudas bajo esta ley, su historial de crédito sufre un golpe significativo. La inscripción de la quiebra o el proceso de reestructuración de deudas se reflejará en el informe crediticio y puede afectar la capacidad de obtener crédito en el futuro.
Aunque no es legal mantener los datos del historial de crédito por la Ley de Protección de Datos cuando ya no se está en morosidad, las financieras lo continúan haciendo. Son prácticas abusivas pero difícilmente controlables.
2. Restricciones y Limitaciones:
La Ley de la Segunda Oportunidad impone ciertas restricciones y limitaciones a quienes se acogen a ella. Por ejemplo, es posible que se requiera seguir un plan de pagos durante un período específico antes de que las deudas se cancelen por completo. Esto ocurre normalmente cuando se tienen bienes y se quieren conservar a cambio de un convenio o plan de pagos. Además, algunos tipos de deudas, como las deudas fiscales, de la Seguridad Social y las obligaciones alimentarias, generalmente no son eliminables en su totalidad mediante esta Ley. Las fiscales o de la Seguridad Social, solamente son perdonables hasta 20.000 euros.
3. Costos Legales:
El proceso de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad puede ser costoso debido a los honorarios de abogados y otros gastos legales asociados. Si bien la ley está diseñada para ayudar a las personas en dificultades financieras, el proceso en sí puede tener costos financieros significativos.
Sin embargo, normalmente el importe correspondiente al ahorro en intereses (paralizados durante el proceso) sumado al perdón de las deudas, termina compensando con creces los gastos del proceso.
4. Pérdida de Propiedad y Activos:
En algunos casos, acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad puede implicar la pérdida de propiedades y activos. Si tienes activos valiosos, como una vivienda o un automóvil, es posible que debas renunciar a ellos como parte del proceso de quiebra o reestructuración. La contraprestación, es que a cambio, te perdonan todas las deudas. En ocasiones, si el valor del bien es igual o inferior a la carga que soporta, puede convervarse.
5. Estigma Social:
El estigma asociado con la quiebra o la solicitud de liberación de deudas a través de la Ley de la Segunda Oportunidad puede ser una desventaja no financiera. Algunas personas pueden sentirse avergonzadas o estigmatizadas por haberse acogido a la Ley de la Segunda Oportunidad, lo que puede tener un impacto emocional.
6. Duración del Proceso:
El proceso de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad puede ser largo y complicado. Dependiendo de la jurisdicción y la complejidad de la situación financiera, el proceso puede llevar varios meses o incluso años antes de que las deudas se cancelen por completo. A pesar de ello, los intereses, reclamaciones y procedimientos judiciales contra el deudor, se paralizan durante el proceso.
Es importante destacar que la decisión de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad debe tomarse cuidadosamente, después de considerar todas las opciones disponibles y comprender las implicaciones financieras y legales. Antes de tomar cualquier decisión, es aconsejable buscar el asesoramiento de un abogado especializado en la Ley de la Segunda Oportunidad que pueda informarnos de sus desventajas. Eso sí, siempre en relación a las circunstancias individuales y tomar la mejor decisión posible.