Diferencia entre ERE y ERTE

¿Cuál es la diferencia entre ERE y ERTE?

La diferencia entre ERE y ERTE radica en la naturaleza y duración de la medida:

• Un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) suspende temporalmente contratos o reduce jornadas laborales con carácter reversible y mantiene el vínculo contractual.

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• Un ERE (Expediente de Regulación de Empleo), en cambio, extingue contratos de forma definitiva, siendo un despido colectivo con efectos permanentes.

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Por tanto, entender la diferencia entre ERE y ERTE es clave tanto para empresas como para trabajadores.

Consecuencias laborales y derechos según la medida

En un ERTE

• No se extingue el contrato: el trabajador recupera la posición cuando finaliza el expediente, conservando antigüedad y cotización .

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• Durante el ERTE, se accede a prestaciones del SEPE por desempleo (70 % base reguladora general).

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• Para la empresa, el ERTE ofrece agilidad en su aplicación, con posibles bonificaciones o exoneraciones de cotizaciones as.com.

En un ERE

• Supone la extinción del contrato, con derecho a indemnización (mínimo 20 días por año, hasta 12 mensualidades).

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• Los empleados pueden impugnar el ERE y tienen acceso a prestación por desempleo tras la extinción.

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• La tramitación del ERE es más compleja, requiere periodo de consultas y autorización administrativa o judicial.

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En resumen, la diferencia entre ERE y ERTE implica impactos muy distintos en derechos y estabilidad del empleo.

Efectos económicos y repercusiones personales

La diferencia entre ERE y ERTE también conlleva consecuencias económicas para los trabajadores:

• En un ERTE, pese a seguir siendo empleados, perciben menos ingresos, lo cual puede provocar tensiones financieras si las ayudas no cubren sus gastos habituales.

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• En un ERE, el despido definitivo puede precipitar una situación de insolvencia si el indemnización y paro no son suficientes para cubrir deudas.

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Perder el empleo en un ERE puede suponer dificultades para pagar gastos básicos, lo que lleva a deudas con hipoteca, préstamos personales o cargas con la Administración .

La Ley de la Segunda Oportunidad como solución

Ante la crisis financiera derivada de un ERE o incluso de un ERTE prolongado, la Ley de la Segunda Oportunidad ofrece una salida:

• Permite solicitar la cancelación o reestructuración de deudas para personas físicas, tras acreditar buena fe y cumplir ciertos requisitos .

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• El trabajador afectado por la diferencia entre ERE y ERTE, que ve peligrar su solvencia, puede calcular su elegibilidad con el simulador gratuito .

• Es una herramienta eficaz para evitar que las deudas deriven en embargos o deterioro de la salud financiera.

Vías complementarias de apoyo

• Existen ayudas públicas para desempleo que mitigan el impacto económico de perder el empleo.

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• También se puede recurrir a opciones como aplazar deudas con Hacienda y Seguridad Social, evitando embargos inmediatos.

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• En casos de presión excesiva, puede ser necesario acudir a la Ley de la Segunda Oportunidad.

Salud mental y carga emocional

La diferencia entre ERE y ERTE no solo afecta lo económico, sino también lo emocional:

• El despido colectivo (ERE) puede provocar ansiedad intensa, sensación de fracaso, estrés crónico o depresión, especialmente si se arrastran deudas impagables 

• El ERTE, aunque menos traumático, también puede desencadenar preocupaciones económicas y miedo al futuro.

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• En ambos casos, es vital atender a la salud mental y financiera para evitar un deterioro general.

Una segunda oportunidad: reparar economía y bienestar

Conocer la diferencia entre ERE y ERTE te permite entender mejor tu situación laboral y decidir cómo actuar. Si las circunstancias te han dejado en una situación financiera crítica, recuerda que:

• - La Ley de la Segunda Oportunidad puede liberarte de deudas y evitar consecuencias más graves.

• - Estás legitimado para recuperar estabilidad y proteger tu bienestar.
• - Puedes encontrar apoyo y asesoramiento en Abogado del Deudor y acceder a una guía práctica del deudor.

Conclusión: la diferencia entre ERE y ERTE determina si conservas o no el empleo, con implicaciones profundas en tu vida laboral y financiera.

En caso de crisis, no solo tienes derecho a prestaciones, sino también la posibilidad real de reconstruir tu futuro económico y emocional con la Ley de la Segunda Oportunidad.