El despido por enfermedad es una de las situaciones más difíciles que puede atravesar un trabajador.
No solo pierdes tu empleo cuando más necesitas estabilidad, sino que además puedes verte en riesgo de acumular deudas y caer en una espiral de problemas financieros.
Si te preocupa tu situación económica, te recomendamos revisar nuestra guía del deudor para conocer todas las opciones de defensa que tienes a tu alcance.
Cuando decides impugnar un despido por enfermedad, debes tener en cuenta que los procesos judiciales son largos y costosos. Mientras tanto, los ingresos se reducen o incluso desaparecen, y las deudas no dejan de crecer.
Si dejas facturas impagadas, puedes acabar en registros de morosidad o recibir notificaciones de embargo. En el caso de tener deudas con Hacienda, lo mejor es informarse cuanto antes sobre cómo aplazar deudas con la Agencia Tributaria.
El problema de salud que originó el despido por enfermedad puede dificultar tu reincorporación al mercado laboral. Esto significa menos ingresos y más tiempo de incertidumbre.
Para no empeorar la situación, conviene conocer los límites de embargabilidad y consultar posibles ayudas disponible para personas que atraviesan una crisis económica.
El despido por enfermedad puede dejar a muchas familias sin capacidad de pagar sus deudas. Si tienes préstamos, hipoteca o deudas con la Seguridad Social, la insolvencia puede llegar muy rápido.
En este caso, es importante conocer tus obligaciones y derechos. Puedes revisar si tienes una deuda hipotecaria que te esté asfixiando o valorar si te conviene aplazar deudas con la Seguridad Social.
Si el despido por enfermedad te ha llevado a una situación de insolvencia, la Ley de la Segunda Oportunidad puede darte un nuevo comienzo. Con este mecanismo legal puedes llegar a conseguir el perdón de todas tus deudas.
Te recomendamos comprobar si cumples los requisitos de la Ley de la Segunda Oportunidad y, si lo prefieres, usar este simulador gratuito para calcular tus posibilidades reales de éxito.
Un despido por enfermedad no debe ser el final de tu tranquilidad. Si has caído en deudas, tienes derecho a soluciones legales que te permitan recuperar la estabilidad.
Gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad puedes liberarte de las cargas económicas y evitar que el estrés, la ansiedad o la inquietud empeoren tu estado de salud.
Recuerda: siempre existe una oportunidad merecida para rehacer tu vida financiera y volver a empezar sin deudas.