¿Qué ocurre cuando tus deudas pueden afectar a tu pareja?
¿ Qué pasa si tu pareja no sabe que tienes deudas?
¿ Qué sucede si por tus deudas embargan un bien que compartes con tu pareja?
Todos estos casos son más frecuentes de lo que crees. La preocupación que supone perjudicar a tu pareja o a un ser querido por culpa de tus deudas, es a veces más grande que la propia deuda. Sin embargo proteger a tu pareja de tus deudas es posible.
Lo primero que hay que revisar es el régimen económico que regula la relación de pareja. Por defecto, en muchos lugares de España, el régimen económico es el de gananciales. En tal caso, el riesgo de que la pareja del deudor se vea afectada por sus deudas, es alto.
Por ello, el primer paso será revisar el sistema económico por el que se rige la sociedad de gananciales y adaptarlo a una opción más conveniente como el de separación de bienes.
Hay que tener en cuenta, que aunque el préstamo lo haya solicitado uno, puede afectar a ambos. Por este motivo, en un régimen de gananciales, hay que saber cómo proteger a tu pareja de tus deudas. Existe una presunción por la que todos los gastos o préstamos solicitados por un miembro de la pareja, lo son en beneficio de la sociedad de gananciales. Esta es la principal causa por la que cualquier acreedor, puede reclamar la deuda a cualquiera de los miembros de la pareja. Da igual que no seas el que ha originado la deuda.
El divorcio es otra de las formas de disolver la sociedad económica de la pareja. Es la consecuencia de la disolución del vínculo sentimental que lógicamente va a extenderse al plano económico. Esta opción puede suponer el reparto de bienes y cargas, confiriendo cierta protección adicional para el cónyuge que no es deudor.
Además de llegar a proteger a tu pareja de tus deudas, tu pareja se puede convertir en tu acreedora o beneficiaria de tus bienes con un nivel de protección privilegiado por la Ley. Efectivamente, la Ley antepone el pago de por ejemplo, la pensión de alimentos a cualquier otra deuda menos privilegiada.
Sin embargo, esta medida se considera inapropiada si no va acompañada de una ruptura sentimental. En tal caso, los beneficios derivados del divorcio con deudas, podrían no compensar los perjuicios o pérdida de beneficios que la Ley prevé para los cónyuges.
De nuevo es más fácil si el régimen económico es el de separación de bienes. Sin embargo, existen también formas de evitar que tu pareja se entere de tus deudas.
El principal riesgo es la cotitularidad de la deuda. Cuando la deuda ha sido contraída por ambos y uno no paga su parte, ambos van a recibir notificaciones por parte del acreedor. Antes de omitir cualquier información a la pareja relativa a una deuda que le pueda afectar, hay que tener en cuenta cómo y cuándo podría verse perjudicada la parte que ignora la situación. En ocasiones, ocultar una deuda no hace más que posponer el problema y agravarlo.
Por dicho motivo, si finalmente se decide no informar de la deuda, la prioridad debe ser evitar que en el futuro pueda afectar a tu pareja. Esto es fundamental ya que si le puede afectar, terminará afectándole y lógicamente se va a enterar. Desvincular a la pareja de la deuda, es la mejor fórmula para evitar que termine por saber lo que ocurre. Por esto, proteger a tu pareja de tus deudas es la mejor forma de el problema no afecte a tu relación.
El esfuerzo por tanto debe dirigirse a asegurar en primer lugar que los canales de comunicación del acreedor, no consigan llegar a la pareja. Finalmente, el objetivo será garantizar que la dimensión del problema quede controlada para que las consecuencias de la deuda no alcancen a la pareja. El margen de tiempo para actuar no es infinito, pero es suficiente si se coge a tiempo. Consultar con un abogado especialista a tiempo, puede evitar muchos problemas.